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Nuevos marcadores para mejorar el diagnóstico y tratamiento de la enfermedad tromboembólica venosa
La trombosis es una de las principales causas de mortalidad y discapacidad, siendo responsable de 1 de cada 4 muertes que se producen en el mundo. El 13 de octubre se celebra el Día Mundial de la Trombosis, para impulsar la conciencia de un diagnóstico precoz y un tratamiento adecuado, en un intento de disminuir la muerte y discapacidad ocasionadas por esta enfermedad.
El Grupo Acreditado de Investigación en Hemostasia, Trombosis, Arteriosclerosis y Biología Vascular del IIS La Fe, liderado por el Dr. Francisco España Furió, tiene una dilatada trayectoria de investigación en la trombosis venosa.
En este sentido, actualmente la Dra. Silvia Navarro lidera una de las líneas de investigación más novedosas, que tiene como objetivo identificar nuevas moléculas de proteína C activada, un anticoagulante natural, que tengan actividad citoprotectora para utilizarlas en el tratamiento de enfermedades inflamatorias y la cicatrización de heridas, entre otras posibles aplicaciones.
Asimismo, otra de las nuevas líneas de trabajo se centra identificar nuevos biomarcadores de la trombosis asociada al cáncer. La finalidad de esta investigación, dirigida por la Dra. Pilar Medina, es poder prevenir la trombosis en estos pacientes y así mejorar su calidad de vida y el pronóstico de su enfermedad.
Ambas líneas de investigación están financiadas con sendas ayudas del Ministerio de Economía y Competitividad. Para desarrollar estos proyectos, ambas investigadoras han establecido colaboraciones nacionales e internacionales que posicionan al IIS La Fe a la vanguardia de la investigación en la trombosis venosa.
Finalmente, el Dr. Antonio Moscardó lidera una línea de investigación centrada en el papel de las plaquetas en la hemostasia y la trombosis arterial. El reciente reconocimiento de la plaqueta como moduladora de los procesos inflamatorios e inmunes, y el beneficio de los tratamientos antiplaquetarios en la trombosis venosa, apoya la participación de la plaqueta también en esta patología. Esta línea de investigación también está financiada por el Ministerio de Economía y Competitividad.
Más de veinte mil personas sufren una trombosis en España cada año, según datos de la Sociedad Española de Trombosis y Hemostasia (SETH). La trombosis consiste en la formación de coágulos de sangre potencialmente mortales en las arterias (trombosis arterial) o en las venas (trombosis venosa). Una vez que se forma, el coágulo puede ralentizar o bloquear el torrente sanguíneo normal e incluso desprenderse y trasladarse hacia un órgano. Esto puede ocasionar una lesión significativa, como infarto de miocardio, ictus y embolia pulmonar.
La enfermedad tromboembólica venosa puede ser de dos tipos: si el coágulo se forma en una vena profunda de una extremidad, habitualmente una pierna, se conoce como trombosis venosa profunda, mientras que si el coágulo se desprende y se traslada hasta un pulmón, da lugar a la embolia pulmonar. Se trata de una afección médica peligrosa y potencialmente mortal. Todos los años se dan alrededor de 10 millones de casos de tromboembolismo venoso en el mundo, y sólo Europa es responsable de 544.000 muertes al año. Sin embargo es preocupante que gran parte de la sociedad desconoce esta afección, siendo la sensibilidad sobre esta patología muy inferior a otras enfermedades como el infarto de miocardio, el ictus, la hipertensión, el cáncer de mama, el cáncer de próstata o el SIDA.
Entre los años 2001 y 2010 se diagnosticaron en España 165.229 enfermos con embolia pulmonar, con una edad media de 70 años, siendo su frecuencia similar en hombres y mujeres, según datos del Ministerio de Sanidad y Consumo. En aproximadamente uno de cada tres pacientes (31 por ciento) la embolia pulmonar aparece en personas que habían estado hospitalizadas pocos días antes por otros motivos. El 19 por ciento de esos pacientes fallecieron a causa de la trombosis pulmonar.
No existen datos exactos sobre los pacientes que se ven afectos por una trombosis venosa profunda puesto que la mayoría de estos pacientes no ingresan en el hospital y suelen diagnosticarse en los servicios de Urgencias. Muchos de ellos no requieren ingreso y se tratan desde el primer día en su domicilio. La frecuencia de la trombosis venosa es al menos 1,5 veces más alta que la embolia pulmonar. La trombosis de miembros inferiores es la más frecuente, aquejando habitualmente a los pacientes con inflamación, dolor, calor, hinchazón y enrojecimiento en la pierna afecta. El diagnóstico requiere unas pruebas de laboratorio y de imagen. Es importante tener presente que el 60 por ciento de los casos de tromboembolismo venoso ocurre durante o después de una hospitalización, donde la inmovilización, cirugía y traumatismo han sido antecedentes frecuentes.
Tratamiento de la enfermedad tromboembólica
El tratamiento de los pacientes con enfermedad tromboembólica requiere la administración de fármacos anticoagulantes, si bien todos ellos conllevan el riesgo de hemorragia si no hay un control estricto y adecuado. Se utilizan tres tipos de fármacos: heparina de bajo peso molecular, de administración subcutánea y que debe iniciarse en el momento del diagnóstico, seguido por los anti-vitaminas K (en nuestro medio el fármaco más utilizado es el Sintrom®), que se dan por vía oral, y en los últimos años han aparecido los anticoagulantes orales de acción directa.
Aproximadamente el 1,5 por ciento de la población española está en tratamiento anticoagulante, y buena parte de ella con Sintrom®. Dado que la actividad biológica de los anti-vitamina K varía con la predisposición genética individual al fármaco, su interacción con determinados alimentos y con un número importante de medicamentos, es imprescindible un buen control anticoagulante. Éste debe realizarse en unidades de enfermedad tromboembólica para evitar el riesgo de una nueva trombosis o complicación hemorrágica.
El objetivo del Día Mundial de la Trombosis es ayudar a concienciar a la población sobre la amenaza, en muchas ocasiones no reconocida, de la enfermedad tromboembólica y las graves consecuencias que conlleva un inadecuado control de la terapia anticoagulante. Asimismo, la SETH se propone fomentar la sensibilización pública relacionada con la importancia, los riesgos, los signos y los síntomas de la enfermedad tromboembólica, para que se busque la atención médica oportuna en unidades de seguimiento de la enfermedad tromboembólica.