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Describen nuevas alteraciones genéticas en pacientes con leucemia promielocítica aguda
Investigadores del grupo de investigación de Hematología y Hemoterapia del Instituto de Investigación Sanitaria La Fe (IIS La Fe), liderado por el Dr. Miguel A. Sanz, han detectado nuevas alteraciones genéticas en pacientes con leucemia promielocítica aguda. Los resultados han sido publicados en la revista científica Plos One y suponen el análisis del mayor número de mutaciones genéticas de la leucèmia promielocítica aguda llevado a cabo hasta ahora. La investigación, ha contado con la colaboración del departamento de genómica computacional del Centro de Investigación Príncipe Felipe de Valencia, liderado por el Dr. Joaquín Dopazo.
Los avances tecnológicos en secuenciación genómica están permitiendo aumentar el grado de personalización en el diagnóstico y el tratamiento del cáncer, ya que “posibilitan el estudio a gran escala de todas la alteraciones adquiridas en el crecimiento anormal y descontrolado de células”, según ha destacado Mariam Ibáñez, primera autora del estudio, quien señala que “algunas de las alteraciones genéticas en la célula hematopoyética se utilizan ya para establecer el diagnóstico y pronóstico de la leucemia mieloblástica aguda, de forma que se pueda determinar la terapia más óptima para cada paciente.
Sin embargo, en los casos de las leucemias con reordenamientos específicos recurrentes, como es la leucemia promielocítica aguda, todavía se desconocen buena parte de los mecanismos que puedan desencadenar la enfermedad. “Hasta ahora, los estudios se limitaban a analizar genes de manera individual sin tomar en cuenta el contexto y las relaciones que estos tienen en la biología celular”, aunque las nuevas tecnologías han hecho posible abordar el estudio completo de todas las alteraciones del clon tumoral en un paciente mediante secuenciación masiva, con el posible hallazgo de marcadores genéticos con implicaciones pronósticas y/o terapéuticas.
En ese sentido, los investigadores llevaron a cabo la caracterización de pacientes con leucemia promielocítica aguda mediante técnicas de nueva generación, junto a un cribado bioinformático exhaustivo de los datos, y fueron capaces de detectar nuevas alteraciones genéticas presentes en estos pacientes.
Los resultados de este trabajo han sido recogidos en el artículo “The Mutational Landscape of Acute Promyelocytic Leukemia Reveals an Interacting Network of Co-Occurrences and Recurrent Mutations” y permitirá definir modelos de alteración de la célula leucémica, identificando, no sólo las lesiones puntuales producidas, sino también las rutas celulares alteradas, según ha destacado el Dr. José Cervera, investigador principal del proyecto, quien añade que estos descubrimientos, una vez validados, “podrán transformarse en datos de relevancia clínica que podrán ser potencialmente utilizados en la toma de decisiones sobre el pronóstico y tratamiento de estos pacientes”. A pesar de todo, ha matizado que los resultados deben interpretarse con cautela, ya que la validez de estos modelos diseñados in silico, debe ser testada en modelos celulares in vitro.
Por otra parte, este trabajo pone de manifiesto que “la aplicación de técnicas de análisis de datos innovadoras, basadas en biología de sistemas, permiten descubrir nuevas asociaciones a la enfermedad allí donde las técnicas estadísticas convencionales de asociación no tienen potencia suficiente, y esto es especialmente relevante en enfermedades raras, donde el número de individuos para analizar es inevitablemente pequeño”, según ha destacado el Dr Dopazo.
La leucemia promielocítica aguda es un subtipo de leucemia mieloide aguda caracterizada por la presencia del gen de fusión PML/RARA, consecuencia de una translocación cromosómica balanceada, y que presenta unas características morfológicas, citogenéticas y moleculares únicas. Se trata de uno de los subtipos de leucemia aguda más frecuentes y constituye un paradigma de la llamada “medicina de precisión”, al tratarse de la primera neoplasia humana que contó con un tratamiento específico dirigido a una diana molecular. En la actualidad la supervivencia media de estos pacientes se sitúa en torno al 85% a los 5 años, siendo excepcionales las recaídas.